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El mercado fronterizo con República Dominicana es una solución vital para miles de haitianos que luchan por abastecerse en medio de la escasez. Los lunes y viernes, cuando abre oficialmente el mercado binacional de Dajabón, una multitud se congrega en la frontera para cruzar y adquirir productos que son difíciles de encontrar en su país, así como para comercializar sus propios productos.
Bajo la estricta vigilancia del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza (Cesfront) y los servicios de inteligencia, República Dominicana abre el portón limítrofe a las 8 de la mañana. Miles de haitianos, principalmente mujeres, aguardan desde la madrugada para participar en este mercado que se ha vuelto crucial para su subsistencia.
Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), casi la mitad de la población haitiana enfrenta inseguridad alimentaria aguda, lo que ha llevado a una afluencia constante de personas que buscan alimentos básicos como plátanos, huevos y arroz.
Además de comprar, muchos haitianos también vienen a vender sus productos. Archibald Wilfred, residente en Ouanaminthe, ha estado vendiendo alimentos en el mercado binacional durante seis años y ha visto un aumento significativo en la demanda debido a la escasez en su país.
Mientras tanto, del otro lado de la frontera, la situación es tensa. A pesar de los esfuerzos policiales por mantener el orden, las aglomeraciones pueden volverse caóticas, con empujones y golpes en la multitud ansiosa por cruzar.
Las autoridades dominicanas proceden a tomar datos biométricos para regular la entrada al país. Dentro del mercado, el bullicio es constante, con miles de personas comprando y vendiendo productos de todo tipo, principalmente alimentos.
Sin embargo, también hay una realidad menos visible. La jornada incluye la llegada de camiones de la Dirección General de Migración dominicana, que deportan a decenas de haitianos del país vecino. Esta política continúa a pesar de los llamamientos de la ONU y de organizaciones defensoras de los derechos humanos para detener las deportaciones ante la situación crítica en Haití.
Fuente:SWI