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Expertos alertan que la conversión de terrenos fértiles en urbanizaciones compromete la seguridad alimentaria y el futuro productivo de la región.
El crecimiento desordenado de desarrollos inmobiliarios en Moca, provincia Espaillat, está devastando suelos de alta fertilidad, potencialmente dañando la producción local de yuca, plátano y otros cultivos básicos. Zonas como las salidas hacia Cayetano Germosén y La Vega han sido transformadas abruptamente en urbanizaciones, sacrificando áreas de vocación agrícola esencial para el país.
Se estima que en la última década Moca ha perdido alrededor de 755 hectáreas de tierras agrícolas, un equivalente a más de 7.5 millones de metros cuadrados cultivables, según señalara el exalcalde Guarocuya Cabral. En la práctica, esas parcelas han sido convertidas en barrios residenciales sin planificación ni control estatal.
Autoridades y líderes comunitarios, entre ellos el asesor agrícola Wilfredo Bautista y el empresario Antonio Comprés, han solicitado detener esta tendencia. Bautista advirtió que remover capas fértiles de más de un metro destruye irrevocablemente la capacidad productiva del suelo, mientras Comprés comparó la calidad de esas tierras con las mejores del mundo, similares a las agrícolas de la India.
En respuesta, se propone el desarrollo de un Reglamento Municipal para delimitar zonas agrícolas, urbanas e industriales. Sin embargo, esas propuestas no han prosperado ante la falta de voluntad política local. Como resultado, muchos pequeños propietarios optan por vender sus parcelas ante la presión económica, acelerando la pérdida agraria del municipio —considerado históricamente como un granero de RD—.
Fuente: Periódico El Caribe